miércoles, noviembre 10, 2010

El Inicio

El final del día se acercaba, era ya casi la hora de salir y tenía una cita a ciegas: era alguien que no conocía en persona, pero que llevaba un tiempo hablando con él a través de la web. Nos íbamos a juntar cerca de mi trabajo pues su departamento quedaba a pocas cuadras.

Crucé el río impaciente, había sido uno de esos extraños días de sol en pleno invierno, de esos días que uno añora mirando por la ventana mientras llueve, por lo que la temperatura era inusualmente más alta a esa hora.

Él estaba ahí, de pie mirando y buscándo con la mirada, tratando de reconocerme entre la multitud. No sé si lo reconocí yo primero o no, pero lo cierto fue que de pronto nuestras miradas se cruzaron, sonreímos y nos fuimos caminando por la calle a tomar un trago.

Pasamos un par de hora conversando y riendo, hasta que miré mi reloj y le dije que me iba a casa. "Espera - me dijo - vamos a mi departamento y luego te voy a dejar al auto"

Acepté sabiendo que su invitación tenía un doble propósito. Pero lo acepté. Hacía mucho tiempo que no estaba con un hombre y necesitaba volver a sentir.

Su departamento era pequeño, de esos típicos de hombres solteros. Me senté en un sillón mientras me preparaba un café. Lo sorbí lentamente mientras lo miraba, no sé qué me decía, sólo observaba.

Se me acabó el café, dejé la taza en la mesa, entonces él se acercó y comenzó a besarme. Primero lentamente, luego fuimos aumentando de intensidad. Su lengua entraba en mi boca buscando el néctar de mis besos y yo dejaba que me acariciara sin pudores.

¿A quién le podría hacer daño un simple touch'n go?

Se levantó frente a mi, lo miré a los ojos y busqué su cinturón. Lentamente comencé a desabrocharlo, luego fue el turno de sus pantalones. En pocos instantes tenía frente a mi su falo erecto, rosado, lo suficientemente grande como para que no entrara por completo en mi boca.

Ávida de tenerlo comencé a chuparlo, lentamente pero a la vez firme. Mis manos jugaban con él mientras mi lengua lo recorría completo. Traté de introducirlo completo en mi boca pero no pude, sus roncos gemidos despertaban mi pasión a cada embestida que le daba con mi boca. De pronto se echó para atrás y acabó con fuerza.

"Vamos a la cama" Susurró en mi oído.

Sin pudores me quité la ropa y me metí en su cama.

Comenzó a acariciarme lentamente, primero mi cabeza, luego puso su mano en mi cuello y lo apretó suavemente. Cuando llegó a mis pezones instintivamente abrí un poco más mis piernas, sabía que pronto llegaría hasta mi templo y el placer sería infinito.

Su lengua comenzó a rozar mis pezones, los alternaba para luego morderlos suavemente. Mientras yo le acariciaba la cabeza y su espalda.

Siguió bajando hasta llegar a mi clítoris. "Abre más las piernas" ordenó. Hundió su cabeza en mi tan rápidamente que me hizo gritar de asombro, para luego pasar del asombro al placer.

Su lengua experta se paseaba a lo largo de mi vulva, tomando el clítoris y haciendo círculos alrededor de él. Puso uno de sus dedos en la entrada de mi vagina mientras mordía mi clítoris. Quería más, quería tenerlo dentro.

Como si leyera mis pensamientos se incorporó, sin decirme ninguna palabra hizo que me pusiera con mi cola bien parada. Metió uno de sus dedos primero, luego dos, hasta que de pronto sentí su primera embestida.

Mis gritos de placer llenaron la habitación. Podía ver a través de mis piernas las suyas y sus bolas como se balanceaban hasta chocar contra mi cuerpo. Tomó mi pelo y me obligó a levantar la cabeza mientras sentía sus gemidos confundiéndose con los míos.

Le pedí que me diera de nalgadas, primero fueron unas palmadas suaves que fueron subiendo de intensidad al igual que el deseo y placer que me iba inundando.

De pronto supe que iba a llegar a mi climax, mis caderas comenzaron una loca carrera contra las suyas hasta que exploté de placer. Él no se demoró mucho más y explotó dentro de mí.

Tendida en la cama boca arriba se puso de lado, su mano tomó mi garganta y me dijo "Ahora eres mía"

Supe que ese era sólo el inicio de muchas veladas más en ese departamento.